¿Alza de impuestos…., reformas tributarias?
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Franco Brzovic
Las exigencias de alza de impuestos y quién sabe que reformas tributarias para financiar diversos programas sociales son nuevamente el tema de políticos y voceros de movimientos de todo orden. Nada nuevo bajo el sol, pues cada vez que se abordan estos temas, la solución es siempre más y más impuestos.
Hasta la fecha no se han conocido programas específicos, salvo algunos rumores para mantener la tasa del 20% del Impuesto de Primera Categoría que afecta a las medianas y grandes empresas y que debería rebajarse en dos años. Para financiar parte del daño del terremoto se elevó transitoriamente ese impuesto del 17% al 20% para este año comercial, 18,5% para el siguiente y bajando nuevamente al 17% para el subsiguiente.
Pues bien, abordar una reforma tributaria son palabras mayores, especialmente teniendo en consideración que nuestro régimen impositivo a la Renta ha demostrado ser bastante eficiente en sí, y en comparación con los otros países. Lo más probable que las proposiciones se encaminen a aumentar algunos impuestos y no se plantee una gran reforma.
Si en algo sirviera para el análisis, hay algunos antecedentes que permiten dimensionar sobre cuánto pagamos de impuestos los simples mortales. Para ello he recurrido al trabajo de un distinguido profesional quién se hizo esta misma pregunta.
Aquellas personas con ingresos debajo de $200.000 mensuales, destinan dos meses de sus ingresos al pago de impuestos, siendo los más importantes el IVA y los adicionales al IVA como a los combustibles, al tabaco, etc. En otras palabras, aquellas personas destinan $400.000 anuales a pagar impuestos.
El mismo ejercicio lo hizo con quiénes ganan $500.000, en cuyo caso la carga aumenta a 2,4 ingresos. Con $1 millón se eleva a 2,6 ingresos y así sucesivamente hasta llegar a personas con rentas sobre $4 millones, quienes destinan 4,4 meses al pago de impuestos, el principal de los cuales es a la Renta.
Probablemente este ejercicio podría ser tildado de simpleza y poca rigurosidad científica. Sin embargo, ahí está, con sus defectos y virtudes mostrando inexorablemente una realidad que es indesmentible.
Ahora bien si la intención fuere reformar el sistema del Impuesto a la Renta, debemos tener presente que nuestro régimen especialmente en la relación de la empresa con sus socios o accionistas, presenta ventajas y virtudes que es necesario una vez mas destacar.
El impuesto que pagan las empresas en Chile es inferior al promedio mundial, que alcanza a poco más del 30%. Lo que ocurre es que con esta mayor tasa aquellas empresas pagan por ellas y por sus socios los impuestos -cosa que no ocurre en nuestro país- en donde las primeras solucionan sus impuestos cuando obtienen utilidades, y los socios cuando las retiran. La sumatoria de la carga impositiva final es casi igual.
Esto ventaja que constituye un incentivo de gran importancia para la inversión y permite generar más actividad económica, lo que redunda en una mayor recaudación fiscal. Muy inteligente, sin duda, pero más inteligente aún sería optimizar el gasto Fiscal y no subir los impuestos.